Hoy estamos de vuelta en nuestro blog de fotografía para contar nuestra visita fotográfica a Valencia.
La semana pasada el estudio de Arquitectura A-cero nos reclamó para realizar una serie de fotografías en un ático. Aceptamos la propuesta sin hacer muchas preguntas sobre dónde íbamos pues nos gusta sorprendernos, que no nos roben ese instante en el que aún no te has aclimatado al entorno visualmente y todo lo que ves te obnubila. Desde luego los espacios de A-cero nos fascinan como a nadie, y tener la oportunidad de fotografiar estos emplazamientos tan repletos de creatividad, es algo que nos enorgullece.
Chema Vela, nuestro magnifico fotógrafo fue el encargado de dirigir el trabajo. Pese a ser compañeros, tenemos pocas oportunidades de coincidir en este tipo de proyectos. Si os soy sincero disfruté muchísimo viendo su dinámica de trabajo, y eso es sencillamente lo que os vengo a relatar hoy.
La visión de Chema Vela es muy particular, siente pasión por el detalle, las líneas y la iluminación, lo que hace que cada fotografía cobre un estilo único e inconfundible.
En este viaje he tenido tiempo de observarlo, en cada disparo, cada encuadre, y me sorprendió tanto su flujo de trabajo, que al día siguiente me propuse observarlo para redactar y dedicarle éste post.
De regreso a nuestro estudio fotográfico, decidimos hacer una parada en Valencia, concretamente la ciudad de las ciencias y las artes. Es curioso, hemos viajado por muchas ciudades Españolas en nuestro papel de fotógrafos de boda, pero aún no hemos tenido oportunidad de fotografiar ningún enlace en la costa levantina.
En nuestra fugaz visita al recinto exterior del museo de las artes y las ciencias me di cuenta de dos cosas. Una, que la luz natural en el complejo arquitectónico es excelente incluso a las 12 del medio día, y dos que Chema estaba más asombrado de lo que creía con el diseño estructural de la obra. Yo lo observaba en segundo plano. Monté un teleobjetivo sobre mi Canon y decidí dejar de existir en su entorno visual.
Personalmente, lo considero si no la persona mas exigente con sus fotos, uno de los hombres mas responsables que conozco. De su cámara ese día salieron fotografías con un enfoque tan diferente que rara vez he visto algo parecido en esa localización, y en eso tiene mucho que ver su autoexigencia y disciplina fotográfica.
Ser fotógrafo me ha hecho redescubrir lugares, verlos con otros ojos, pero de igual modo me ha hecho redescubrir también a las personas. Gentes de mi entorno que he conocido toda mi vida y que de repente detrás de la cámara he logrado desenterrar facetas que yo desconocía, incluso que ni ellos mismos sabían que guardaban dentro. Con Chema Vela me ha ocurrido exactamente esto. Me he sorprendido al verlo desde el visor de mi cámara buscando esa composición perfecta, pensativo he inmerso en su creatividad con una elegancia innata. Redescubrir a mi compañero desempeñando su faceta mas artística ha sido muy gratificante.
Espero muy pronto volver a Valencia para realizar una boda, post-boda o cualquier tipo de fotografía que nos llegue desde allí.
Un saludo.
Carlos Zamorano.
