Cuando emprendimos nuestra aventura como fotógrafos de boda, teníamos muy claro el tipo de fotografía que queríamos hacer y el público al que queríamos llegar. Pero una cosa es lo que se piensa y otra muy diferente es lo que sucede.
De vez en cuando nos surgían trabajos fotográficos de otra índole, como por ejemplo reportajes para revistas, publicaciones para blogs de moda, fotografía de arquitectura y fotografía de bebés, siendo este último estilo uno de los que más me ha atrapado.
Fotografiar a un bebé es un reto, pero pese a la dificultad que presenta realizar este tipo de reportajes, es muy gratificante capturar la esencia de un niño. Un bebé no entiende de esperas, gestos y poses. Pero… ¿existe algo más verdadero que capturar la expresión sincera de un bebé?
Irene nos regalo un montón de gestos, miradas y sonrisas. El primer destello del flash dentro de nuestro estudio de fotografía, provocó en Irene una sonrisa de oreja a oreja. Yo no daba crédito, «Irene es el primer bebé que reacciona así tras un disparo con flash».
Jesús y Julia son los papás de Irene y se partian de rísa al ver mi cara de sorpresa tras la primera fotografía.
Siempre recomiendo planificar las sesiones fotográficas en el domicilio o en un entorno en el que el niño no se sienta intimidado. Nunca sabes como va a reaccionar un bebé delante de los focos y ese era mi mayor temor con la pequeña.
Jesús es un viejo compañero de tarima con el que he pasado muy buenos momentos en una etapa de mi vida que hoy, se me antoja lejana. Me ha gustado mucho que contaran con nuestro estudio fotográfico para tener un recuerdo tan especial.
Por otro lado, Julia me sorprendió hace tiempo con algunas fotografías que pude ver en su perfil de Facebook. Es aficionada a este arte y tiene un talento asombroso para ver líneas y perspectivas en sus fotografías. Por eso como he dicho antes, me siento alagado por la confianza que han depositado en mi.
Cómo podéis observar en las fotos del post, he realizado algunos montajes en soportes físicos. Me encanta la magia del papel fotográfico, el olor de un bonito libro o la nostalgia que transmite un simple passe partout.
Editando las fotografías, analizando y buscando los gestos y caricias, es cuando realmente te das cuenta del amor que desprende ésta bonita familia.
Me despido de este post dándoles mil gracias a Julia y Jesús. Espero que éste tesoro fotográfico sea un grato recuerdo y perdure por simpre en el tiempo.
Un fuerte abrazo.
Carlos Zamorano.