El arte de la fotografía de boda

Para mi la fotografía forma parte 24 horas del día de mi actividad cotidiana, ya sea por cuestiones profesionales o por mi ámbito privado.

Prácticamente casi todos los días organizo algún tipo de sesión fotográfica familiar, de boda, niños etc. Por eso el arte de la fotografía lo asocio a la naturalidad y originalidad ; de otro modo y con la frecuencia habitual de cada sesión de fotos, sería una pedante tarea.

Cuando una pareja de novios es natural y sencilla todo fluye fácil y cómodamente.

Sin duda Diego y Estela hicieron que todo fuera muy simple desde el primer instante.

Diego es un tipo muy simpático, que nos abrió las puertas de su casa para incoar nuestra jornada de fotografía y vídeo de boda.

La primera decisión fue elegir la estancia donde captar las fotografías previas al enlace. Decidimos que el salón era el lugar idóneo por su escenografía y grandes ventanales.
Mientras Diego se engalanaba, el entorno de festividad mezclado con el desparpajo resuelto del novio, nos dejaba entrever que el casorio que estábamos presenciando sería muy especial.

En casa de la novia el ambiente no distaba mucho del que vivimos en casa del novio. Estela y su familia nos recibieron con alborozo y quisieron compartir con nosotros toda su felicidad desde el primer instante.

Estela lució un Ramo precioso confeccionado a mano, el cual consistía en un abanico compuesto únicamente con sus flores favoritas.

Procuro generar creatividad en el entorno, buscando composiciones fotográficas con armonía. El amplio salón en que Estela se atavió nos dejó componer escenas maravillosas.

La ceremonia tuvo lugar en la parroquia de Rincón De Soto.

Las emocionantes lecturas de amigos y familiares lograron conmover a los presentes.

Tras la emotiva misa, nuestro equipo hizo un alto en el camino con Diego y Estela para continuar con la sesión de fotos. Poco después nos desplazamos a la finca donde tendrían lugar cóctel, banquete y baile.

Tras una copiosa y suculenta comida llena de detalles, regalos y sorpresas, Diego y Estela se trasladaron a una carpa contigua dónde la fiesta se prolongó varias horas. No faltó el Photocall ni el Videocall, que gracias a los invitados se convirtieron en elementos indispensables para el vídeo de la boda. Las risas y el buen humor fueron la clave de un fantástico éxito del que los novios posteriormente disfrutarían en el montaje del vídeo.

Desde nuestro estudio de fotografía en Madrid, el equipo de PLASMALIA os deseamos lo mejor. Ha sido un orgullo contar vuestra historia.

Os dejamos sin mas con el vídeo resumen de esta fantástica pareja.

Un Saludo.

Carlos Zamorano Rodriguez.